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El alma de poeta

In memoriam al que me enseño a tener alma de poeta. Por siempre en mi día a día, ahí estarás Mario. A MBenedetti... Soy alma de poeta, mi Dios me dio ese don. Soy escritora, no comerciante. Si escribo de amor es para revivir su amargura, no para pintar la vida de color de rosas. Tengo alma de poeta, eso es lo que murmura la gente al verme pasar, eso comentan los que no entienden el porque pensar. Y es que pertenezco al alma del poeta, porque creo en el mensaje, no en la forma del mismo. Creo que los buenos tiempos vendrán si luchamos por ellos. Creo en la buena compañía, en los buenos tragos, en el buen cigarrillo, en la esencia de la vida. Concibo el alma de poeta, porque voy a mi paso, no a la ligera; pienso en hoy, no en el que será; disfruto del ahora, sin conocer él por qué. Quisiera ser alma de poeta, para vivir el misterio de lo gozoso, compartir mi tristeza con los que sepan apreciarla, distribuir mi agonía con los marginados, solo ellos sabrán apreciarla. Existe el alma de poe
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viciada

Buen viaje compañera

A mi querida amiga, hermana y compañera, El final se acerca y nos vamos entristeciendo, se nos ponen llorosos los ojos y el pecho comienza a apretarse. Me vas a hacer falta, mucha. Cuando te conocí, eras solo una extraña que bailaba. Ahora eres mi hermana menor/mayor/ gemela que disfruta. Gracias por todos los momentos que has compartido conmigo. Gracias por ser un oído que escucha, una cómplice de mis travesuras, gracias por ser genuina. Son pocas las personas tan libres y tan generosas como tú. Gracias por querer compartir tu vida conmigo. A tu lado, he aprendido a ser mejor persona. Tus ojos verdes son dos cristales que reflejan la pureza de tu alma. Tu sonrisa es la paz que nos brindas después de un día arduo de trabajo. Tu amistad es la fuerza que me ayuda a crecer. Cuando mire de nuevo una vista panorámica de este Río Piedras tan olvidado, solo pensaré en ti y me preguntaré: ¿Cómo estas? ¿Dónde estarás? ¿Quién será el dichoso o la dichosa con la que compartes tus días? Caramba am

Fragilidad... de Ismael Serrano

Todo es frágil: tu costumbre de amarme, mi fe, el silencio y la vida que duerme en un vagón de tren. Tu contrato fugaz, la memoria, este hilo de voz, las quimeras que surcan estrechos y este corazón que persigue tu rastro en la alfombra de la habitación. No es tan frágil el trueno del fúsil, el temor a perderme tus dulces mañanas, tanto dolor. La memoria del banco, el aroma de aceite en el mar, las fronteras de acero para hombres, humo para el capital que regula espejismos y ordena tu necesidad. Yo soy frágil como un cristal si falta usted a esta cita, mi amor, si el canto se llena de olvido, si el recuerdo se va y ya no ríe conmigo. Quizá no seamos héroes pero aún seguimos vivos y en la crisálida su voz estallará. Y no se quedará inmóvil al borde del camino y hará futuro su fuerte fragilidad. Es tan frágil el abrazo del mundo y su paz, la promesa desde la tribuna y su empeño por perdurar. Soberbio y resistente es el grito del miedo anunci

Apuntes sobre observaciones de cuerpos encontrados...

Después de entregarse con locura a una emoción furtiva, su cara de complacencia, de fornicada, dejaba entrever que comenzó a quererlo. Su entrega rápida, efímera, se había convertido en algo más. Por más que intentó no involucrarse con alguien como él, eso fue lo que terminó sucediendo. Él, tan guapo, tan experimentado, tan mujeriego, tan observador, tan coqueto… él, todo lo que su madre le dijo que no buscara en un hombre. Pero no se trata de lo que la madre le dijo, se trata de lo que ella sintió, lo que ella vio. Esa incoherencia sonriente y juguetona. Las palabras disparejas que él le lanzaba a cien millas por hora, para envolverla en sus historias. Las piernas en constante movimiento. Su sonrisa cautivadora, que con los rayos del sol lo hacia verse más atractivo. En esas van, gustándose. Ella, con la imagen que le quedó repitiéndose en su mente constantemente. Y él, con su cara de falta de café, queriendo descubrirla, descifrarla, encajonarla. Ella se fue al baño y él, mientras ta

Aquella vida no era tan mala

Mi encuentro con él señalaría un nuevo ciclo de vorágine en mi vida. Esta vez no podría quitármelo de encima. Le conocía y me conocía. Estaba seguro de que él no necesitaría de muchas persuasiones para conseguir arrastrarme de nuevo en su loca carrera… Además, aquella vida no era tan mala que digamos. ¡Qué va! Peor era aburrirse en los clubs, jugando al poker o disertando sobre cosas respetables… ¡Diantre! ¿Cobardía moral, o qué? ¡Digámoslo de sopetón! ¿Qué más me daba volver a la refinada bohemia? De alguna forma había que amenizar el minuto. Ya estaba cansado de bostezar… ¡Oh, no! Aquella vida no era tan mala. ¡Y aunque fuese mala! Vale más, como dijo el poeta, un sufrimiento superior que una felicidad mediocre. ("Sebastian Guenard" de José de Diego Padró)

Reglas del juego

REGLAS DEL JUEGO PARA HOMBRES QUE QUIERAN AMAR A MUJERES (Gioconda Belli) I El hombre que me ame deberá saber descorrer las cortinas de la piel, encontrar la profundidad de mis ojos y conocer lo que anida en mí, la golondrina transparente de la ternura. II El hombre que me ame no querrá poseerme como una mercancía, ni exhibirme como un trofeo de caza, sabrá estar a mi lado con el mismo amor con que yo estaré al lado suyo. III El amor del hombre que me ame será fuerte como los árboles de ceibo, protector y seguro como ellos, limpio como una mañana de diciembre. IV El hombre que me ame no dudará de mi sonrisa ni temerá la abundancia de mi pelo, respetará la tristeza, el silencio y con caricias tocará mi vientre como guitarra para que brote música y alegría desde el fondo de mi cuerpo V El hombre que me ame podrá encontrar en mí la hamaca donde descansar el pesado fardo de sus preocupaciones, la amiga con quien compartir sus íntimos secretos, el lago donde flotar sin miedo de que el ancla